lunes, 17 de febrero de 2014

Hace más de tres años, acudí en Orizaba a la presentación del libro de cuentos "Últimas anotaciones" de Víctor Quintas, escritor originario de la ciudad de Oaxaca, nacido en 1984. En ese momento al escuchar leer al autor algunas de sus narraciones me invitaron a regresar y a practicar el género del cuento. Aunque finalmente no lo hice, hoy quise revisitar este libro mas a fondo, con la calma y solazarme con su prosa.
Me entero que actualmente Quintas ha publicado dos novelas La noche y Pov de las cuales no tengo referencia. Sería interesante comparar la evolución y la migración del cuentista Quintas al Quintas novelista. Pero no será materia de esta critica.
Últimas anotaciones es un conjunto de ocho cuentos, algunos de ellos se centran en aquellos puntos de inflexión o huellas de dolor que marcan el derrotero de los personajes. Ya sea el escopetazo que tira un afanador oaxaqueño a un edificio neoyorquino, la huida de una familia tras un accidente de cacería provocado por un niño de seis años o la decisión de un cincuentón de tirarse por la ventana de un viejo edificio de oficinas, constantemente Quintas presenta los momentos previos y posteriores de la vida de estos personajes.
Tánatos predomina en los cuentos, adoptando un tono serio. Hay excepciones: Llamada por cobrar, un relato donde lo insólito y picarezco da al lector un respiro. Azotea resulta un caso aparte: un presidente nacionalista que pide a sus paisanos que viven en Estados Unidos utilizar el terrorismo como medio para defender su país da origen a diversas lecturas. Podría funcionar como alegoría inversa de las guerras que lanzaron Bush o Calderón en sus respectivos contextos, y por otra parte como una ironía de las debilidades o entreguismo presidencial mexicano frente a Estados Unidos, en contraste con la firmeza -se coincida ideológicamente o no-  de otros mandatarios  de la región, principalmente sudamericanos.        
Askari Mateos, narrador y fotógrafo oaxaqueño, escribe en su blog sobre Últimas anotaciones la existencia de "un evidente pulso biológico que sin desprenderse de sus raíces, va tentando nuevos terrenos donde se cruzan el terreno fantástico y el realismo, ese en el que lo ominoso de sus personajes deja al lector sumido en una suerte de remisnicencia turbia".
"Azotea" es el relato inicial. Cuenta desde el punto de vista de un portero de edificio de nacionalidad mexicana y radicado en Nueva York, el inicio de un ataque terrorista de la célula Mezcal, quienes reciben la orden por televisión del mismísimo preesidente de la República Mexicana ante la inminente invasión de los norteamericanos a territorio nacional.
Un aparentemente inocente niño de seis años, se convierte en el verdugo del hijo del compañero laboral de su padre durante su primera cacería por un "Cambio de tiro". Por su parte, "Remedio temporal" ironiza la cruda física y moral de Luis, un joven en Madrid en un fin de semana cualquiera y la imposibilidad de iniciar una relación afectiva con la vecina de edificio. con la que ha fornicado.
"Humo por la ventana" narra el último encuentro del señor Landero y su confidente el doctor Molina. El texto explora la nostalgia por el tiempo ido e irrecuperable y finalmente la resolución inesperada:
"Molina se acercó al aparato como si se tratara de un animal ponzoñoso. El teléfono sonó por tercera vez, antes de ser contestado. Martha informando que la señora Villafuerte había llegado. "Hazla pasar en un minuto", pidió el doctor Molina, quien ayudado por el espejo que enmarcaba el reloj de pared, pudo ver al señor Landero levantarse del sillón y saltar hacia la ventana abierta."
"La ruina en el crepúsculo" inicia con la llegada de Frisou y Dominique, dos turistas franceses a la ciudad de Oaxaca. La fatalidad los llevará a conocer a Miguel, un aparente guía de turistas, quien teniendo como testigo mudo unas ruinas desconocidas asesinará a Dominique y a su vez será victimado por Frisou. La conclusión del cuento -en mi opinión, el más endeble en cuanto a verosimilitud- muestra a un Frisou convertido en una especie de Robinson Crusoe de las ruinas arqueológicas y su regreso a la "civilización".
"Llamada por cobrar" o el curioso caso de Perro el row wailer asaltante. Un abogado se reencuentra con su primo quien le pide ayuda. Está detenido y acusado de asaltar gente en las calles oaxaqueñas con el apoyo de un can. Después de negarse a hacerlo, el abogado se llevará una sorpresa cuando el misterioso Perro se acerca a él.
"Sin inmutar" expone los momentos de Juan Carlos un estudiante de letras en un café, previo a ser atropellado. Por su parte "Hoja de diario" "Ültimas anotaciones" reconstruye a partir de una hoja de diario, parte de último día de vida de un escritor y su encuentro con un anciano en un café del zócalo, quien como un heraldo macabro le anuncia que le ha sido concedido un día más de vida.
Últimas anotaciones o el universo masculino. Resulta interesante descubrir que en este corpus de cuentos predominan los personajes varones. De hecho, ellos son los protagonistas de todos los relatos e igualmente son narrados desde un punto de vista masculino. Diversos en edades y situaciones, los hay lo suficiente empoderados para iniciar ataques contra edificios neoyorquinos en defensa de la patria como en Azotea. Víctimas-victimarios como el músico-asaltante con ayuda del rotwailer en Llamada por cobrar, Miguel, el guía asesino-asesinado y Frisou, el homicida en defensa propia cuya u pareja fue asesinada por Miguel. Ilusionados con ganas de iniciar una relación sentimental como Luis el joven de la cruda existencialista madrileña que busca un Remedio temporal para su neurosis de fin de semana. O niños aparentemente inocentes que son capaces de cambiar el rumbo de dos familias al disparar contra el hijo del compañero de trabajo de papá en Cambio de tiro. Y sobre todo los hay víctimas de aquel pulso biológico de la vida  o títeres del destino como Juan Carlos el estudiante atropellado, Jacques, el turista francés aspirante a escritor, cuya novia es asesinada en unas ruinas por un guía de turistas; o Macario, el escritor maduro que ve cegada su vida por un ladrillo del techo de su biblioteca.
Las temáticas 
En cuanto a su estructura, Quintas opta en la mayor parte de los cuentos por la estructura tradicional, conservando unidad, principio, climax y desenlace (Azotea, Humo por la ventana). Otros son fragmentados (Cambio de tiro, La ruina en el crepúsculo, Llamada por cobrar). Generalmente elige narradores omnicientes. La excepción son Llamada por cobrar, donde se manejan dos voces y lo mismo aplica para Sin inmutar y Últimas anotaciones.
En algunas narraciones de Últimas anotaciones hay una acción constante casi desbordada. Hecho tras hecho, acción tras acción como en Cambio de tiro, Azotea o Llamada por cobrar. Son más reflexivos, Efecto temporal, Sin inmutar y Últimas anotaciones.  Quintas revela en la mayoría de las historias una habilidad para contar historias llenas de acciones a través del uso constante de verbos lo mismo auditivos, visuales y cinestésicos.
En conclusión, Últimas anotaciones resulta un interesante conjunto de cuentos para disfrutar.     

martes, 11 de febrero de 2014

NO TE VAYAS

Un baño de restaurant de cierto nivel. Música ambiental.  Alfonso, un hombre de 45 años, se lava las manos, cuando entra Octavio, un hombre muy acicalado, de casi 60 años. Alfonso intenta huir.

A: (Sorprendido) ¿Qué haces aquí?
O: Necesito hablar contigo.
A: Ya es muy tarde.
O: (Le ataja el paso) No te vayas.
A: Eso debiste haber pensado cuando me traicionaste.
O: Por favor, Alfonso, tu sabes como es la política.
A: Tú sabías todo y no te importó sacrificarme como candidato.
O: Todo es cuestión de esperar.
A: ¡Esperar! ¡Esperar otros seis años para la candidatura!
O: Tú eres muy valioso para el partido... y para mí (Intenta acercarse a él)
A: Pues no lo parece. ¿Acaso te divorciaste?
O: No empecemos con lo mismo.
A: Mejor me voy.
O: Tu sabes lo importante que es mi imagen.
A: (Molesto) ¡Por cierto, saludame a Marcos, tu nuevo amante anoréxico!  Y tu imagen métetela por el culo.
O: ¡Y tú te vas con el otro partido! ¡Esa es la verdad! ¡Traidor!
A: ¡Déjame pasar! (Se abalanza contra él. Oscuro. Sonido de bomba. Regresa luz. Los cuerpos de Alfonso y Octavio están acuclillados. Entra un mesero agitado y los mira sorprendido):
-¿Señores? ¿Están bien? Explotó una bomba a tres cuadras y hay que desalojar.
Octavio se levanta y huye aterrado. Alfonso se queda está shockeado. El mesero se acerca a atenderlo. Oscuro.   


lunes, 3 de febrero de 2014

NO TE VAYAS
MODALIDAD DIÁLOGO



Planteamiento:
* A se va del lugar que comparte con B.
* B trata de impedirlo.

Determinar:
* ¿Cuáles son los motivos de A para partir?
* Aún cuando B intenta a toda costa impedirlo, ¿en qué se beneficia con la partida de A?
* A se va, o no se va.

Circunstancias:
* Están en un espacio inusual (no necesariamente el que quiere abandonar A).
* El tiempo se acaba. Sensación de premura.

Desarrollo:
* La tensión va creciendo hacia un final que parece derivará en violencia, pero un nuevo elemento (accidente, intromisión no física de un tercero, evento en la extra escena, etc.) neutraliza la misma.

QUIERO QUE LO HAGAS
MODALIDAD ACOTACIÓN



A: ¿Qué haces aquí?
B: Te estoy esperando. Necesito hablar contigo. No te vayas, por favor. Espérame.
A: Creo que quedó claro que tú y yo ya no tenemos nada más qué decirnos.
B: Esa es tu opinión. Déjame explicarte. Necesito que me des una oportunidad. Por favor.
A: ¿Para qué? El hecho es que a ti las cosas no te importan lo mismo…
B: ¿Lo mismo que a ti?
A: Basta. No tengo por qué seguir discutiendo contigo. Dame permiso.
B: Está bien. Vete. Tíralo todo a la basura.
A: No me culpes a mí.
B: Ponte en mi lugar. Entiéndeme. Lo que me pides es… demasiado.
A: ¿Demasiado? ¿Tú te has puesto en mi lugar? ¿Te puedes imaginar lo importante que es para mí?
B: No, seguramente no. Pero necesito que me entiendas.
A: No hay nada que entender. Si no puedes hacerlo…
B: Pídeme otra cosa. Cualquier otra cosa. Lo que sea.
A: Ya sabes lo que quiero.
B: ¿Qué? ¿Qué es lo que quieres?
A: Quiero que lo hagas.
B: Pues lo siento. Lo siento mucho.
A: ¿Entonces no?
B: No. Definitivamente.
A: Piénsalo bien. Hazlo por mí. Piensa en nosotros. No lo tires tú a la basura. Por favor.

DIÁLOGO GRADO 0
MODALIDAD: ACOTACIÓN


Introducción:

Hay que repensar la naturaleza del texto teatral y recordar que comporta un doble registro: el de los diálogos o réplicas y el de las acotaciones o el discurso de lo indecible, susceptible de ser traducido escénicamente por imagen, acción, convención, etc., con emisores y receptores distintos.

Discurso de los diálogos:

Emisor = el personaje
Receptor = el personaje (el lector y/o espectador)

Los diálogos son los enunciados repartidos por el autor entre los distintos locutores que configuran las situaciones de la acción.

Discurso de las acotaciones:

Emisor = el autor
Receptor = los realizadores y/o lectores

Las acotaciones son las instrucciones del autor a los realizadores, concernientes a las condiciones de enunciación. Hay textos con indicaciones grado cero (sin acotaciones) y otros con réplica grado cero (sin diálogo). ¿Qué significa la opción extrema de réplica grado cero? Renuncia a la palabra y privilegio de otros lenguajes (acciones físicas, efectos sonoros, lumínicos, etc.). Por otro lado, la renuncia a las acotaciones puede obedecer a un desafío a la libertad de los realizadores, o una apertura de posibilidades. También puede significar una total subordinación del texto a las matrices de la representación (un sistema de convenciones, un espacio escénico, un tipo de complicidad con el público dado o preexistente).

Argumentación:

Se trata de realizar un breve relato dramático sin palabras, sin la necesidad de la palabra. El discurso acotacional o de didascalias es la única herramienta con la que se cuenta. Pero no para relatar de manera puntual y esquemática una secuencia de acciones entre dos personajes que evitan el diálogo en una situación donde evidentemente hará falta ese diálogo.
Plantea, en todo caso, el valor de la palabra en sentido inverso. Es decir: desde la no palabra y su inminencia la construcción de lo dramático. Excluyamos, por favor, de nuestras cabezas a la
pantomima porque nada es más ajeno a este ejercicio. Se trata de otra cosa:

* De lo indecible
* De la dificultad de decir
* De la imposibilidad de la palabra
* De su inútil presencia
* De su dolorosa ausencia
Acostumbramos concebir el teatro como el arte de la palabra, del verbo, del diálogo. El ejercicio Diálogo grado 0 implica, pues, la carencia del mismo. Es una exploración en ese instrumento poderoso que resulta del silencio. José Sanchis Sinisterra lo entiende como “lenguaje, antes que nada, lenguaje transformador. En el silencio está lo otro, todo lo demás que no está en el diálogo. El silencio, cuando es signo, crea complejidad. El silencio es, entonces, causa y efecto”. Luis de Tavira afirma que “no guardamos silencio: somos silencio. Irrumpimos desde el silencio hacia la palabra, tal y como irrumpimos desde la inmovilidad al movimiento. El silencio es el fulgor que precede a la palabra. Lejos de ser un vacío del habla, es una tormenta espiritual irresistible”.

Planteamiento:

* Dos personajes (definir su sexo, edad, etc.) se encuentran en un espacio X (definirlo).
* Hacer evidente, a partir de la habitación el espacio –del juego expresivo de sus gestos- y de tareas físicas mínimas, el estado anímico de ambos y su historia -en tanto relación-.
* Evidenciar aquello que les impide comunicarse verbalmente. No es que no puedan hablar:
¡no caben las palabras en esa situación!