martes, 1 de abril de 2014

EN VÍSPERAS DEL DÍA DEL TEATRO

Una crónica de Orlando Bautista Vil.

Aunque este año no me siento con muchas ganas de hacerlo, más bien tengo otras prioridades, preparamos la celebración del Día del Teatro. Mas bien muy modesta. Dos funciones de Vete al diablo, vida mía, una en Ixtac y otra en Mendoza. Alguien me reclama que por qué no en Orizaba. Simplemente coincidió que hubo más facilidad en estos espacios.
Me dedico a pegar carteles en el centro de Mendoza, con el temor de que algún gandalla los arranque. Aunque se supone que en Ixtac me dijeron que sí, me preocupa que mi contacto por face, no me responda a las peticiones. ¿Habrá algo detrás de ese silencio? Ojalá no me vayan a salir con la culerada de que siempre no. Por fin, consigo el teléfono del director de el Centro cultural Independiente de Ixtac. No está.Espero su llamada. Nada.
Al otro le llamo. Lo que me dice me deja frío: que le dijo a mi contacto que priemro sí y después que siempre no. Qué huevos. Y a mí no me dijeron nada. Presiono. Es que ya hice la publicidad, la gente la sabe. Finalmente, aceptan. Me quedo un poco más tranquilo. Si habrá función en Ixtac.
En la tarde me llega un face que me hiela el alma: Tengo malas noticias para ti. Se va a usar el salón por los ejidatarios. Busqué en la sala de cabildos y no se pudo. Y me voy de nalgas. ¿Qué hago? ¿Se la miento? ¿Me voy a plantar afuera de la casa del campesino? ¿Hago show callejero? Finalmente decido avisar que no habrá nada, así de sencillo. Solo nos queda esperar la función de Ciudad Mendoza. Allá espero nos vaya muy bien. Continuará.
   

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